Camino hacia el talento

Durante el aprendizaje de la profesionalidad, es necesario instruirse a tratar a las personas y ser conscientes de la influencia que ejercen desde sus puestos, donde cualquier gesto va a ser interpretado como un consejo universal. Por ello, es importante ser siempre respetuosos con todos, pensar antes de hablar y medir cada una de las actuaciones.

La calidad de la relación con el jefe directo y el ambiente de trabajo entre compañeros, sobre todo del equipo laboral, son dos pautas necesarias para liderar con talento. Es cierto que en función de la edad y la situación personal las cosas van cambiando. Pero en ningún caso debemos olvidad que profesionalmente hay que seguir creciendo con respeto y luz interior.

La evolución generalizada es la siguiente: Cuando uno es joven deja un trabajo por otro para aprender, ganar dinero y empezar a desarrollarse. El horario, el sueldo o si se viaja mucho o poco quedan en un segundo plano. A partir de los treinta, los empleados empiezan a formar familia y cambian las prioridades, por lo que lo secundario avanza un paso para tener más valor: los horarios, el estatus alcanzado o el sueldo.

La necesidad de poder llevar el nivel de vida deseado y sobre todo de proteger a todos los miembros que nos rodean se hace cada vez más esencial.

Por ello, a los 40 se ha alcanzado la especialidad profesional y unos quieren alcanzar puestos de dirección y otros consolidan sus trabajos. Y a los 50 se desea estabilidad, respeto y un proyecto que motive y aporte ilusión.

Evitar que todo lo alcanzado se suba a la cabeza y no perder el espíritu de aprendiz, es la esencia para continuar en el camino del talento. Para ello, es necesaria una acción clave: comunicación, comunicación y COMUNICACIÓN.