Como bien estaba anunciado, todo talento independientemente del género, pensamiento, raza, religión y capacidad física o psíquica, está destinado a mejorar la sociedad. Si tenemos en cuenta que todos, y absolutamente TOD@S, tenemos potencial para desarrollar aquello para lo que estamos destinados, vemos claramente que todos somos talentos.
Pero, ¡cuidado! Cuando para esconder necedad, inutilidad, ... y destacar, snobismo, "pijismo"o querer estar por encima del bien y del mal al precio de Maquiavelo, y para ello usar estrategias de destrucción del verdadero talento en rededor y del bienestar de aquellos que le rodean, entonces el talento deja de existir como tal.
En ocasiones al falso talento se le cuesta reconocer, pero con el tiempo, todo sale. Cuidado con el profesional que excede en humildad, pero en su perfil 2.0 solo existen fotos suyas, y bueno de algún amigo más, pero porque el prota salía bien en esa foto. Cuidado con el compañero que se ensalza de ser muy trabajador y dinámico, seguro que su productividad no es la deseada, por falta de de constancia y sí excesivo estrés emocional. Cuidad con las personas que se acercan por el interés te quiero Andrés, no dudaran en venderte al directivo de turno para "el apagón profesional" mientras el falso talento asciende pasando por encima de todos.
Cuidado! y digo bien porque tanto el presente como el futuro es continuar en el camino de los valores 3.0. Tras la crisis económica la sociedad y las empresas continúan su andadura gracias al apoyo, generosidad, potencial y talento de PERSONAS. De esas cuyo alma es tan limpia que los impulsos eléctricos tienen vía libre para circular y dar todo su potencial a la sociedad.
Por todos ellos, es necesario descubrir y desmantelar a los falsos talentos.
